Mariana es sobreviviente de la represión gubernamental y de multiples massacres llevadas a cabo por el ejército guatemalteco en la comunidad de Choatalúm, Chimaltenago en 1982.
Su esposo fué secuestrado, torturado y asesinado en uno de éstos ataques. Junto a otros miembros de la comunidad, y con el apoyo de CALDH (Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos) ganó el primer juicio en la hisotria de Guatemala contra un miembro de las fuerzas armadas de Guatemala por el delito de desaparición forzada.

Mariana is a survivor of the Government repression and massacre of members of the community of Choatalúm, Chimaltenago in 1982. Her husband was disappeared, tortured and murdered in one of these attacks. With other members of the community, and with the support of CALDH (Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos), they won the first successful conviction of a member of the Guatemalan military for the crime of forced disappearance.


Conocimos a Mariana junto a otros miembros de la comunidad de Choatalúm, durante el juicio en contra de Felipe Cusanero, ex Comisionado Militar. Mariana amablemente aceptó ser entrevistada en su casa, y compartir con nosotros las terribles experiencias  vividas por su comunidad durante el conflicto armado.

We first met Mariana, along with other members of the Choatalúm community, at the trial against Felipe Cusanero.  
She kindly accepted to be interviewed in her home, sharing with us the horrific experiences lived by her community during the armed conflict.

"Durante la guerra, yo crecí en la ciudad, en una familia de clase media, mestiza, todos miembros activos de la oposición que tubo que salir al exilio.
Mariana aún vive en una aldea rural en Choatalúm, en las mismas condiciones de pobreza. Sin embargo, cuando nos conocimos, sentí una profunda cercanía con ella. Compartimos traumas y pérdidas pero aún más importante, compartimos la experiencia de 30 años de búsqueda de justicia."
— Ana Lucía Cuevas

"During the war, I grew up in the city, in a middle-class, mixed race family, all of whom were active in the Opposition and that had to leave t go into exile.
  Mariana, still today, lives in the same very rural village at Choatalúm.  However, when we met, I felt a profound and common identity with her.  We shared common traumas, common loss, and importantly, some 30 years later, we were still trying to find justice in Guatemala."
— Ana Lucía Cuevas